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Linda amiga
Linda amiga, te estoy tan agradecido por traer esta fe, tener un motivo de escribirte lo vivido, ese mundo en que no vivo pensando en qué hacer, pensando en cómo ser ahora, grabar en el alma en vez de un ayer la poesía que me enamora.
Cielo en el alba que por ti llora, Luna que canta sumida en arrullo... Estrella en la noche que quiso hacer suyo el sentir que sólo tu mirar atesora.
Gracias compañera, por ser tú la fuente, por estas palabras que aspiran a verte, pues ellas danzan alegres, dulcemente al saber que ser para ti... es su suerte.
Dime vida mía, cuéntame de cómo es el cielo, ese lugar divino del que vienes, donde reside la dulzura que tú tienes... Donde las aves hallan su consuelo...
Dime al oído, suavemente, susúrrame los recuerdos de la infancia, donde el puro querer dejó constancia donde no llegue a comprender la mente...
Sé que existe un lugar divino, un lugar donde es real lo que sientes... Magia y amor están presentes y guían los pasos de nuestro destino.
Es la luz de tu mirada, es tu sonrisa que me roba el alma, Luna que hechiza un mar sin calma... Es mi alma enamorada.
Es mi alma enamorada de todo cuanto haces, que mi corazón entero deshaces y aprieto fuerte la almohada
en las noches de eternas horas, eternas horas en ti pensando... Muriendo de ti, morir soñando en cómo con estrellas decoras
un cielo oscuro y gris, teñido de tanta angustia y lamento... Que es verdad lo que por ti siento, vida mía, te escribo cada latido, cada latido por tu Amor quiere... Desea el viento la llama que hiere, unir el cielo de tus labios, muere... Muere la tierra sin la brisa de tu aliento,
que son tus caricias mi alimento, mueren de pena las encinas sin el agua de tus besos... Apartar esas cortinas que me alejan de actos inconfesos... Flores que abrazan queriendo soñar, soñar con sus pétalos envolverte, morir de Amor de tanto quererte...
Cuéntame, amiga mía, de cómo el cariño puede llegar a herirte tanto, si alguna vez sentiste, cuánto... Cuánto quisiera volver a ser niño
y poder estar siempre en tu regazo, oírte cantar, tu suave voz al oído... Encontrar en ti el amor que siempre ha sido tan sagrado en el altar... que es tu abrazo.
AUTOR:
Guardián del Alma
© Derechos reservados
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