El culto a la apariencia
Con su admirable fuente de placeres
y sus cientos de amores lujuriosos...
Luciendo esos ropajes bien hermosos
campean tantos hombres y mujeres...
Jamás lo creyeras si no lo vieres
cómo de efímeros y avariciosos
son por cien mil caprichos tendenciosos
por robar les da igual lo que dijeres...
Hable el alma y cállese ahora el hombre,
pues muchísimo queda aún por venir...
Aunque la falsedad no tiene nombre
nos quedan mil versos por escribir...
Declamando en alto, no nos asombre
lo que ya sin remedio, ha de ocurrir
Autor:
Guardián del Alma
© Derechos reservados
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