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Lo que el Amor puede hacer
Hoy padre, lo he sentido...
He visto un nuevo mundo volver,
más allá de lo que escribo
quisiera de nuevo poder,
poder encontrar el aliento
allí en tu cálido abrazo, tierno,
sueño de ese niño pequeño
a quien tan bien enseñaste,
gloria que por tu Amor entregaste
y no importó jamás qué infierno,
qué mal pudiera fruncir el ceño
pues tú siempre superaste,
amado padre... el camino del Cielo.
Ese camino que hoy veo,
en mis ojos está mientras leo
ese Amor por el que tanto te quiero.
Que Dios existe, padre,
y puede cambiarlo todo.
De cualquier forma, cualquier modo,
ángeles vienen y dan su vida,
personas que una vez vivieron
y nos prestan su sabiduría,
su energía, su aliento...
Más allá del sentimiento
habita lo imposible.
Recuerdo que de pequeño,
tan tímido y tan torpe,
aquella persona que falleciera
desde allí, desde el cielo
junto a mí siempre venía,
y no es broma, ni lo creía
cuando solo esa persona
a bailar me enseñó en poco tiempo.
Padre, que es tan cierto,
que siento tu fuerza y energía,
viva luz de un nuevo día
que me cambian por entero.
Porque me ayudó el abuelo,
me hizo recorrer lo impensable
a dos ruedas, en tres días
y en plena lesión irrecuperable
lo que muchos atletas
soñaron... en balde.
Que hoy tu energía, tu vida
estalla en fuego inquebrantable,
porque oirán tu nombre, padre,
corriendo a las estrellas
y persiguiendo ese sueño
ese niño que abrazaste
creará un camino hacia el Cielo.
Para mi padre, en el Cielo
Autor: D. R. Moran © Derechos reservados
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