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Siempre que te miro veo mi propia existencia,
dulce lucero que en mi alma habitas,
sólo tú el sufrimiento me quitas
porque divina eres en tu esencia...
Antes de que nacieras la duda me inundaba,
mil veces pensé en haber renunciado,
mil veces peleé con el ser más amado
y la eterna soledad me acompañaba...
Mas el cielo tuvo de nosotros clemencia,
quiso un día algo más que el Sol relucir,
un gran milagro nos vino a bendecir
liberando de todo mal nuestra conciencia...
Quisieron venir todas las virtudes del más allá,
la belleza con un ramo de rosas en la mano,
la discordia intentó maldecir en vano
y la inquietud amenazaba con llegar,
Dios quiso en su Amor inmenso obrar
y envió un Angel lleno de poder santo,
con un cáliz de bondad portando
y el escudo de la sabiduría en el brazo,
envió mil arco iris para que volaras alto
y de su Amor mil llamas que tu alma llenaron...
De noche de ti la Luna se enamoró
y vino su luz a en tu cuna mecerte,
que hasta Venus se estremeció al verte
y mil flores perfumadas envió
para que pudiera envolverte,
en sueños hasta Morfeo lloró
por querer en sus brazos tenerte
y cantarte mientras duermes...
Creciste hermosa en la infancia,
linda y plenamente agraciada,
las más bellas diosas no son nada
si se comparan a tu elegancia...
Divina flor que vino del cielo,
bendita sea entre todas tu alma,
de tu madre eres el vivo reflejo,
de tu padre heredaste la calma
y la paciencia de aguantar el cortejo,
sabia eres, lindísima joya radiante,
que tu voz es el brillo fulgurante
que mi oscuridad hace desaparecer,
me basta un instante permanecer
observando tu alegre caminar,
viendo cómo puedes tanto volar
y a los pájaros enloquecer,
decirte pretendo de modo sincero
que un momento contigo, mi vida,
que verte conmigo no vale dinero,
que nada a ti se compara, linda,
que sepas lo mucho que te quiero.
Autor: Guardián del Alma © Derechos reservados
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